Formémonos una opinión. Son muchos días dándole vueltas a este pensamiento. Tal vez, también les haya ocurrido a sus allegados, a los célebres Bob Baffert y Mike Smith, a su caballerizo, a muchos fanáticos. Quizás hasta el propio Príncipe Khalid Abdullah divaga sobre ello.
El Campeón Arrogate (13, Unbridled’s Song en Bubbler, por Distorted Humor) alcanzó una cima muy elevada en el concepto del hípico mundial, apareciendo con aquel triunfo impactante en el Travers S. (G1) de agosto de 2016, ganando al reverendo galope y en tiempo récord, para poco después, lleno de inexperiencia, vencer de manera clara al mejor ejemplar de EUA en ese entonces, el valeroso California Chrome (11, Lucky Pulpit en Love The Chase, por Not for Love), nada menos que en la consagratoria Breeders’ Cup Classic (G1).
¿Qué seguía para ese potrazo moro que corría como una máquina? Pues, le siguió la fama y sirvió como “Joya de la Corona” en la primera disputa de la Pegasus Invitational (G1), carrera que nacía como la prueba mejor rentada del mundo. Dicho compromiso lo resolvió como si fuera un trabajo mañanero. Sin problema alguno, no era para menos. Nadie se sorprendió por la facilidad con que logró concretar el triunfo. Era lo lógico.
Y llegó la decisión de ir a Dubai. El lote no era una duda, pero si lo eran el viaje, el cambio de clima, y todos esos factores imponderables que implica tomar un avión para ir a correr la Dubai World Cup (G1) en el novedoso hipódromo de Meydan. Aún así, nadie imaginó que Arrogate se quedaría último en la largada, lejos, casi que sin chance. Sin embargo, era Arrogate, un Campeón. Había que esperar un desempeño propio de ello. En la mente de algunos, como nosotros, se planteó: ‘que buena estrategia, correr de atrás, se desgasta menos’… Nada podía igualarse a la realidad. Entonces, realizando una actuación titánica, el tordillo de Juddmonte Farms, detalle importantísimo, se transformó en una “tormenta en el desierto”, se convirtió en un caballo épico. Pasó de estar casi eliminado en la partida a ser un contundente ganador, derrotando a ejemplares valiosos, a los cuales no se les puede brindar tamaña ventaja sin consecuencias. De hecho, quedó en segundo lugar Gun Runner (13, Candy Ride en Quiet Giant, por Giant’s Causeway), al cual muchos vimos realizando la carrera de su vida, pero que luego ha seguido mejorando, evolucionando.
Esa victoria en la Dubai World Cup (G1) convenció al mundo que estábamos en presencia del “mejor caballo sobre arena del orbe”. Arrogate fue calificado y clasificado como tal. Pese a su juventud y a lo corto de su campaña, muchos comenzaron a pensar en su futuro como semental. Incluso, los representantes de Juddmonte han estado activos adquiriendo vientres y yearlings hembras, cuyo futuro principal no es otro que recibir el servicio de Arrogate como semental.
Su retorno a las pistas estadounidenses fue esperado con paciencia y emoción alrededor del mundo hípico. No tenía nada más que demostrar, pero todos (nosotros, Baffert, Smith, Khalid Abdullah, el mundo) queríamos verlo repetir en la Breeders’ Cup Classic (G1). Sólo eso y ya, a la cría, a generar nuevas ilusiones, nuevas historias, que nunca serían iguales a la suya, pero que siempre nos darían pie para evocarla.
Sin embargo, los cuentos de hadas, generalmente, son sólo eso, cuentos… de hadas. Y así vino el “desbarajuste” del San Diego H. (G2). Algo inimaginable en la cabeza de nadie. Ante un lote pobrísimo y escuálido, de apenas 4 rivales, llegó 4|, ganándose a tan sólo un contendor, uno que corrió casi todo el trayecto sin estribos. Catástrofe hípica. Depresión hípica mundial. “Las petunias stressadas”, como repite un popular programa televisivo español.
Pese a ello, Bob Baffert, e incluso Mike Smith, no perdieron su optimismo. Para ellos fue una derrota más, como cualquiera, destinada a olvidarse con los triunfos que vendrían. Así, el canoso entrenador anunciaría pronto “el retorno de la Bestia”, término que usó cada vez que Arrogate trabajó fuerte para su prevista vuelta a la cima en el Pacific Classic S. (G1).
Y llegó el Pacific Classic S. (G1). No se produjo el tal “Regreso de la Bestia”, pero Arrogate “mejoró”, llegando en el segundo lugar, a ½ cuerpo de un compañero de cuadra y de generación, en plena evolución (Collected), inderrotable desde su reaparición luego de recuperarse de una lesión. Mejoró. Sí, pero se mostró pesado, sin acción contundente, moviéndose como un caballo más. Y no es un caballo más, es “el mejor del mundo”. Es decir, no alcanza con reaccionar, a punta de latigazos, en los 150m finales y caer a ½ cuerpo. La depresión hípica mundial volvió a golpearnos, ante la conciencia que Arrogate no parece ser más aquel que vimos triunfar en la Breeders’ Cup Classic (G1) o en la Dubai World Cup (G1). Luce extraño que no lo note Baffert, ni tampoco Smith, ni siquiera Martín García, el experimentado jinete que suele brisear a Arrogate.
¿Qué pasa entonces con Arrogate? Porque esa “Bestia” que nos ofrecía Baffert, y que antes vimos varias veces sin aviso, no apareció. En cambio, Gun Runner, aquel que en la mejor carrera de su vida cayó ante Arrogate en la Dubai World Cup (G1), regresó a EUA y ahora gana en serie, ante buenos lotes y con facilidad. Es casi que obvio que Arrogate no es el mismo, porque contando con tal equipo de trabajo, con tales entrenador y jinete, todos ellos inmejorables, es injustificable su bajo rendimiento.
Por ello, para no dañar aún más la reputación de Arrogate y para que los recuerdos que imperen en la mente de criadores y aficionados sobre él, sean sus grandes victorias, preferiríamos que no lo corrieran más. Si fuésemos su propietario así lo exigiríamos. Si fuésemos su entrenador y/o su jinete así lo recomendaríamos. Su mejor futuro está en la cría, en Juddmonte Farms, donde una pléyade de excelentes yeguas madres le esperan. No merece, después de habernos hecho vivir momentos hípicos tan importantes, que se empañe su imagen de Crack.
Seguramente, Baffert tendrá otros pronto. ¿Collected? ¿West Coast?… ¡Quizás! Y no hay dudas que Juddmonte Farms los tiene y los seguirá teniendo. Pero Arrogate tiene sólo una reputación merecida: la de Campeón; y un gran futuro muy merecido: Semental. Tendría así la posibilidad de convertirse en un Líder padrillo como su padre, como su abuelo, como su extraordinario bisabuelo Mr. Prospector (77-90, Raise A Native en Gold Digger, por Nashua).
Y ahora, ¿Usted que opina?