La situación en las cuadras del único hipódromo de Puerto Rico ha sido terrible, como hemos reportado anteriormente, como consecuencia de la acción destructora del huracán María, que tocó la isla el pasado 21 de septiembre. Han pasado unos días horribles para todos aquellos que intentaron asistir a los equinos alojados en las cuadras del hipódromo y, sobretodo, para los propios caballos que sufrieron y sufren de una situación calamitosa, en muchos casos, sin comida, sin agua y sin poder ser desalojados del escenario trágico en que se convirtieron las cuadras.
El lunes arribó al aeropuerto de San Juan un avión cargado con 20 toneladas de cubos de heno y suministros veterinarios, las cuales servirán para dar sustento a muchos de los caballos que aún permanecen en el hipódromo Camarero (Canóvanas) y ayudará a la labor de los veterinarios y voluntarios que trabajan denodadamente por brindarles cuidado. Sin embargo, esta ayuda, para algunos caballos llega demasiado tarde. De acuerdo a una representante de Caribbean Thoroughbred Aftercare, que trabaja en la isla, al menos 3 caballos fueron sometidos a eutanasia en los últimos días, llevando el número oficial de muertes equinas conocidas en el hipódromo a 11.
“El problema es que muchos de los caballos de poco valor monetario no tienen a nadie que cuide de ellos”, informó desde Puerto Rico, Kelley Stobie, representante de Caribbean Thoroughbred Aftercare, a Thoroughbred Daily News. “Los caballos están solos y permanecen de pie en el agua, lo cual no es algo que puedan manejar ellos”, agrega Stobie, señalando que ello puede tener consecuencias graves para los caballos, por lo que le ha estado diciendo a la gente que sabe de caballos abandonados que los dejen salir de sus puestos. “Déjenlos salir”, pide Stobie. “Al menos así podremos encontrarlos y pueden caminar alrededor y encontrar algún pasto para comer”, añade. A pesar de todo, Stobie reporta que la situación ha mejorado en los últimos días. Tanto que, ayer lunes, esperaba que todos los caballos alojados en las cuadras hubiesen recibido, al final de la tarde, al menos un cuidado mínimo, comida y agua. De acuerdo a Stobie, aún existen unos 150 caballos que no tienen un lugar adecuado de alojamiento, pues se encuentran en puestos a los que el huracán les arrancó los techos.
El trabajo realizado para la obtención de la ayuda ha sido un esfuerzo colectivo de varios grupos que trabajan en beneficio de los equinos, entre los que se incluyen Thoroughbred Charities of América, The American Association of Equine Parctitioners, The Jockey Club y Ranch Aid. La obtención de los suministros y medicamentos fue producto de una conjunción de apoyos, por lo que Shelley Blodgett, miembro de Caribbean Thoroughbred Aftercare en Florida (EUA), se sintió obligada “a elogiar a la industria”.
“Han pasado 11 días desde el huracán y para muchos caballos, la llegada del heno permitirá que reciban pasto por primera vez desde entonces. Algunos han recibido algo de granos pero no recibían pasto ni agua. Esto les ayudará mucho en su salud digestiva, evitándoles cólicos o problemas mayores. El agua también ha sido un problema porque no ha habido disponibilidad de agua limpia”, señaló Blodgett.
Blodgett denunció que Stobie, quien ha estado trabajando desde el primer día en Puerto Rico intentando ayudar a los caballos ha tenido poco apoyo. “La gerencia del hipódromo de Camarero ha hecho poco por ayudarle. Ha habido mucha burocracia e ineptitud del gobierno. Es increíble, han pasado 2 semanas desde la tormenta y sólo ahora podemos conseguir realizar nuestro primer envío de suministros”, aseveró Blodgett. “Siempre he trabajado con el hipódromo, pero estoy muy decepcionada por la forma en que se han manejado en el cuido de estos caballos. Tienen gente suficiente que podrían habernos ayudado con esto y no lo hicieron. Pero yo estoy aquí por los animales. Es mi trabajo. Estoy acá para protegerlos y luchar por sus derechos”, agregó notoriamente molesta. “Los héroes son los caballerizos”, dijo Stobie. “Son gente pobre y sin embargo lo dieron todo tratando de ayudar a los caballos.
En contraste, un comunicado oficial del hipódromo Camarero informa que esperan reabrir las operaciones pronto, de manera que se retomen los entrenamientos y que las carreras puedan reiniciarse dentro de 45 a 60 días. Las líneas telefónicas permanecen caídas en el hipódromo Camarero, por lo que no se ha podido establecer comunicación con los directivos del hipódromo para obtener su visión de la situación actual.
Texto basado en información de Thoroughbred Daily News.