Toca recordar a Heart’s Cry (01-23, Sunday Silence en Irish Dance, por Tony Bin) por un motivo previsto, pero que nunca deja de sorprender. Cambió de plano. Ya no ejercía su función de semental activo, pero era grato recordar que estaba por allí pastando, disfrutando sus días, después de 20 años sometido a un régimen “casi militar”, como casi todos los Purasangres exitosos.
Heart’s Cry logró trascender como atleta un día de Navidad. Fue el 25 de diciembre de 2005, al final de su campaña de 4 años. Ese día logró imponerse en una carrera de máximo nivel por vez primera. Pero no fue un clásico cualquiera. Se trató del consagratorio Arima Kinen (G1, Nakayama, 2500m, grama, 2:31.90). Allí logró derrotar por un ½ cuerpo al Crack Deep Impact (02-19, Sunday Silence en Wind in her Hair, por Alzao), para entonces no sólo el Campeón 3 años, sino también el 2° Triplecoronado de la hípica japonesa, con todos los méritos para convertirse unos días después en el Caballo del Año. Esa victoria sería “histórica” con el paso del tiempo, pues fue la única vez que Deep Impact fue derrotado en su país. Heart’s Cry se anclaba en la historia como el “ejecutor” de esa hazaña, reconocida por los hípicos de Japón y del mundo.
Después de ello, Heart’s Cry no se durmió en los laureles. En su siguiente salida a las pistas, demostrando que aquel triunfo no fue casualidad, el 25 de marzo de 2006, triunfaría en el Dubai Sheema Classic (G1, Nad Al Sheba, 2400m, grama, 2:31.90), repitiendo el registro agenciado en diciembre, pero en el “desierto”. Fue quizás uno de los primeros grandes anuncios del gigantesco crecimiento que manifestaba la hípica japonesa, un avance que no ha parado hasta hoy.
Correría dos veces más. En su próxima actuación figuró 3°, nada menos que en el King George VI & Queen Elizabeth S. (G1, Ascot, 2400m, grama, julio/29), antesala de su despedida de las pistas, la cual ocurriría en su país. Su presentación final ocurrió en la Japan Cup (G1, Tokyo, 2400m, grama, noviembre/26), donde no tuvo suerte (10°), siendo el ganador de esa prueba el Campeón Deep Impact. Se fue a la cría con un récord de 5-4-3 (19 acts.) y con ganancias acumuladas por US$ 4.167.983.
La muerte le sorprendió en Abira (Hokkaido) donde pasaba sus días de retiro. Se desconocen hasta ahora los motivos. Allí llegó luego de cumplir el rol de semental en Shadai Farm Stallion Station entre los años 2006 y 2021. Su desempeño como padrillo se ajustó al poderoso linaje de su padre, el excepcional Sunday Silence (86-02, Halo en Wishing Well, por Understanding). Así, padre de 14 producciones en edad de correr, a la fecha, suma 62 ganadores selectivos, un 4,4 % de sus corredores, entre los que se contabilizan 44 ganadores de grado/grupo, siendo ellos 21 G3, 12 G2 y 11 G1.
Entre sus hijos más relevantes está la Campeona Lys Gracieux (14, en Liliside, por American Post), Caballo del Año en Japón (2019), ganadora del Arima Kinen (G1) en su país, emulando a su padre, además de triunfar en el consagratorio Cox Plate (G1, Moonee Valley, 2000m, grama) en Australia. También destaca el Campeón 2 años (2021) Do Deuce (19, en Dust and Diamonds, por Vindication), uno de sus dos ganadores del Tokyo Yushun (G1, Tokyo, 2400m, grama), el reconocido Derby Japonés; así como también Yoshida (14, en Hilda’s Passion, por Canadian Frontier), ganador G1 en EUA, tanto en arena, como en grama, hoy en día, semental en el prestigioso WinStar Farm (Kentucky).
Su trascendencia como padre de padrillos parece segura, añadiéndose al mencionado Yoshida, el múltiple ganador G1, también en Japón y Dubai, como su padre, Just A Way (09, en Sibyl, por Wild Again); el ganador G1 a los 2 años Salios (17, en Salomina, por Lomitas); el ganador de la Japan Cup (G1) a los 5 años, Cheval Grand (12, en Halwa Sweet, por Machiavellian); su otro ganador del Derby Japonés (G1), One and Only (11, en Virtue, por Taiki Shuttle); y el ganador G1 a los 4 y 5 años, Suave Richard (14, en Pirramimma, por Unbridled’s Song).
Teruya Yoshida, el Gerente General de Shadai Farm en un comunicado le pidió: “Por favor, descansa en Paz. Lo deseo”, luego de elogiar al caballo “que nos mostró una variedad de escenarios”. Pero quizás la más sentida despedida al gran caballo la hizo pública el “ídolo” Christophe Lemaire, su jinete en aquel histórico Arima Kinen (G1) de 2005. “Muy triste escuchar de la partida de mi Campeón. Con él comenzó todo para mí en Japón”, escribió, para finalizar diciendo que “las leyendas nunca mueren”. Así es Lemaire. Las leyendas nunca mueren y Heart’s Cry fue un caballo legendario. Le ganó al imbatible Deep Impact.