Acompañado por sus allegados más cercanos, incluido el personal de cuadra a su cargo, el espectacular Equinox (19, Kitasan Black en Chateau Blanche, por King Halo) visitó por última vez las instalaciones del hipódromo de Nakayama para tener contacto final con el fervor de su público, quienes le vitorearon durante la planificada ceremonia de despedida.
Su propietario Masashi Yonemoto agradeció a todos quienes vinieron a mostrar su admiración y afecto al negro Purasangre, al cual se le vio brioso, como si pensara que en cualquier momento iba a ser ensillado para competir. Por su parte, su compañero de hazañas, el francés Christophe Lemaire no perdió ningún instante en que pudiese mostrarle su amor y su admiración al máximo, siempre cariñoso y conectándose afectuosamente con el ejemplar.
«Nunca olvidaré su forma de correr» señaló Lemaire, el «ídolo» entre los jinetes de la afición japonesa. «Tengo un enorme deseo de montar a sus hijos», agregó. Mientras Katsumi Yoshida, presidente del exitoso Northern Farm, se referió a la posibilidad de poder ver pronto en las pistas a un hijo de Equinox y la Campeonísima Almond Eye (15, Lord Kanaloa en Fusaichi Pandora, por Sunday Silence), también propiedad del Silk Racing como Equinox, advirtiendo que podría ser uno de los mejores del mundo.
El nombre de Equinox se traduce en español como Equinoccio, el momento del año en que el día y la noche tiene la misma duración, tanto en invierno como en verano. En su despedida, por supuesto, estuvo presente su entrenador Tetsuya Kimura, así como también el entrenador asistente Takanori Abe y su compañero diario Tomohiro Kusunoki.
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