Muchos Purasangres importantes en la historia hípica mundial han respondido a nombres que antes pertenecieron a artistas inolvidables. El objetivo de este compendio de notas que hoy iniciamos con NIJINSKY será el acercamiento a las historias de ambos, equinos y artistas. Esperemos que sea una aventura enriquecedora, que nos impulse a introducirnos, aún más, en sus historias.
NIJINSKY, una leyenda del ballet
Vaslav Nijinsky (1889-1950) fue un excepcional bailarín y coreógrafo ruso de ballet. Nacido el 19 de marzo de 1889 en Kiev (Ucrania), Nijinsky se convirtió en uno de los más importantes e influyentes bailarines del siglo XX. Alcanzó su fama siendo parte de los famosos Ballets Rusos que dirigió Serguei Diáguilev, por sus actuaciones innovadoras y revolucionarias. Trascendió por su técnica sobresaliente y su extraordinaria habilidad para expresar emociones profundas a través de su danza. Fue pionero en el ballet moderno, recordándose principalmente sus performances en los ballets “El lago de los Cisnes” y “La Consagración de la Primavera”.
En “El Lago de los Cisnes”, cuya música fue compuesta por el célebre Piotr Ilich Tchaikovski, el inimitable Nijinsky interpretó el papel masculino principal en múltiples ocasiones, recordándose su desempeño por su excepcional destreza y la gran capacidad que mostró para transmitir la angustia de su personaje, el Príncipe Sigfrido (Siegfried). Al introducir una mayor expresión emocional en su representación, NIjinsky rompió con la rigidez y la formalidad que hasta entonces caracterizaban a las interpretaciones anteriores del Príncipe. Además, le aportó a Siegfried un enfoque más dramático y psicológico, acercándolo al público que pudo empatizar con las luchas y dilemas interiores del Príncipe.
Igualmente, su desempeño como coreógrafo fue notable, creando obras notables como su inolvidable “L’apres-midi d’un faune” (La siesta de un Fauno). Esta obra significó un hito en el ballet mundial por su enfoque innovador, transformando en mucho el mundo de la danza moderna. Basado en un poema de Stéphane Mallarmé, del cual toma su nombre (L’apres-midi d’un faune), contó con música compuesta por Claude Debussy y tuvo un vestuario totalmente alejado de los trajes tradicionales del ballet, diseñado por Léon Bakst, con los bailarines ataviados con túnicas sueltas y zapatillas.
La coreografía y el enfoque de La Siesta de un Fauno acabaron con muchas de las convenciones tradicionales del ballet hasta entonces. Marcó un punto de inflexión en la historia de la danza, cuestionando las normas establecidas y anticipando las tendencias más vanguardistas que surgirían posteriormente en la danza moderna. La historia se centra en un fauno que despierta de una siesta y se encuentra con un grupo de ninfas. La sensualidad de su coreografía y su muy sugerente representación de la sexualidad resultaron ser provocativas y controvertidas para su época, pero aún, al presente, La Siesta de un Fauno continúa siendo una pieza influyente y emblemática del ballet mundial.
Dice Lucy Moore, biógrafa de Nijinsky, en su libro “Nijinsky, A Life” (2013) que el Arte de Nijinsky era un “acto fugaz” y que su “mística” dependía de gestos que duraban sólo un segundo. Tal como ocurría con el salto a través de una ventana que ejecutaba con maestría en “El Espectro de una Rosa” (The Spectre of a Rose), un ballet en un acto creado por el célebre coreógrafo Michel Fokine para los Ballets Rusos, sobre una composición para piano de Carl Maria von Weber (Aufforderung zum Tanz -Invitación a la Danza-, 1819), que se estrenó el 19 de abril de 1911, con Nijinsky en el rol protagónico, y que quedaría atado para siempre a su nombre y a su leyenda.
Una joven regresa a su habitación luego de haber asistido a un baile y se queda dormida en un sillón, recordando la velada, con una rosa, la que lució en el baile, en una de sus manos. Por la ventana abierta entra de un salto el espectro de la rosa, Nijinsky, y comienza una danza vertiginosa, alrededor de la joven dormida, a la que levanta y hace bailar con él, de forma vehemente y apasionada, para luego devolverle al sillón y desaparecer, tal como había entrado, con un salto inolvidable a través de la ventana. Finalmente, la joven despierta y, aun con la rosa en su mano, va melancólicamente hacia la ventana, como recordando todo lo que el público del ballet vio mientras ella soñaba.
Para los críticos de la época, el ballet exigía una destreza única y una fortaleza física inusual, por lo que, unido al recuerdo de la magistral ejecución del legendario Nijinsky, pocas veces el ballet se repuso. Una de esas pocas reposiciones ocurrió en 1979, más de medio siglo después de su estreno, cuando el también legendario Nureyev lo ejecutaría para el Joffrey Ballet (Chicago, Illinois, EUA).
Otro gran “acto fugaz” de Nijinsky, citado por Moore en su libro, fue el leve, pero escandaloso temblor de sus muslos, que ejecutaba imitando la eyaculación del fauno que interpretó, con coreografía propia, en “La Siesta de un Fauno”. El momento erótico ocurría mientras el fauno se frotaba con el ropaje capturado a una ninfa, que huía desesperada de él. Usaba cuernos reales en su cabeza y utilizaba cera para añadir puntas a sus orejas, desempeñándose cual una bestia salvaje.
Para sus admiradores, Nijinsky siempre fue una deidad. Él mismo en su diario, durante sus años de locura, escribió “yo soy Dios”. Fue un relevante ejemplo de esa nunca olvidada afirmación del gran filósofo italiano Séneca, cuando escribió que “no hay ningún gran genio que no tenga un toque de locura”. Esa vacilación entre genialidad y locura caracterizó toda su trágica y maravillosa vida. Nijinsky logró rescatar la imagen de los bailarines, llevándola a un nivel desconocido hasta entonces, pues antes eran considerados casi que “esclavos sexuales”. Llevó al Ballet a dar el salto desde el Clasicismo al Modernismo. Todo ello, gracias a su virtuosidad técnica y a la gran belleza de su arte.
Se casó con la Condesa Romola De Pulsky, hija de una legendaria actriz húngara (Emilia Márkus), en ceremonia celebrada a las 13 horas del 13 de septiembre de 1913 en la Iglesia de San Nicolás de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina). Ese hecho marcaría su separación definitiva de la “tutela” de Serguei Diáguilev, el director de los Ballets Rusos. Bailó por última vez el 19 de enero de 1919 en la ciudad de Montevideo (Uruguay). Estaba a punto de cumplir 30 años. Eventualmente, Nijinsky se volvió incapaz de diferenciar el mundo real de sus delirios. Después pasar casi tres décadas entrando y saliendo de instituciones psiquiátricas, falleció en 1950, por insuficiencia renal, tal vez una consecuencia de los más de 200 tratamientos de terapia de choque con insulina a los que fue sometido. Romola De Pulsky le acompañó hasta su último día.
Como toda leyenda, Nijinsky tiene, tuvo y tendrá detractores, pero ninguno de ellos puede, pudo o podrá, acabar con la trascendencia del que es, fue y será, el “bailarín más grande del mundo”. Así, pese a sus enormes dificultades personales, el legado de Nijinsky en el mundo del ballet ha sido insuperable e insustituible. Su enfoque visionario de la danza continúa siendo una influencia perceptible en la forma como se concibe y se ejecuta el ballet en la actualidad.
NIJINSKY, el último Triplecoronado inglés
Para muchos hípicos jóvenes, especialmente para aquellos iniciados en la última década del siglo XX y lo que va del siglo XXI, el nombre de Nijinsky II (67-92, Northern Dancer en Flaming Page, por Bull Page) pertenece a una “leyenda” equina. Pero, en realidad, Nijinsky, que fue como se le conoció mientras estuvo activo en las pistas, fue uno de los mejores purasangres de carrera del mundo con campaña en el siglo XX.
Nacido en Canadá, el 21 de febrero de 1967, Nijinsky fue uno de los más importantes ejemplares que criara el legendario canadiense Edward Plunket Taylor, en su histórico Windfields Farm, donde también crió a sus progenitores, el inigualable Northern Dancer (61-90, Nearctic en Natalma, por Native Dancer) y la Campeona tresañera canadiense Flaming Page (59-69, en Flaring Top, por Menow). Por tanto, el castaño Nijinsky fue hijo de dos ganadores de la más longeva y prestigiosa carrera exclusiva para tresañeros de Canadá, el Queens Plate (Can-G1, Woodbine, 2000m), primer paso de la Triple Corona en dicho país, que se corre desde el año 1860. Desde ese febrero de 1967, la fama de Nijinsky comenzó a construirse, mucho antes de salir a competir en las pistas.
Cuenta Vincent D’Angelo que, siendo Nijinsky un yearling, fue anotado en una venta a realizarse en Woodbine (Toronto, Canadá), con un valor de reserva de US$ 60.000. Narra el cronista que “Charles Engelhard, conocido por sus cuantiosas compras en Keeneland y Saratoga para entonces, envió a Toronto a su entrenador, el irlandés Vincent O’Brien, para que le comprase un yearling que tenía en mente”. Sin embargo, a O’Brien no le gustó el potro seleccionado por Engelhard y se lo hizo saber, aclarándole que: “he encontrado un hijo de Northern Dancer, al que volveremos a chequear”. Ese fue Nijinsky. Sería comprado por Can$ 84.000.
Bajo el entrenamiento del mismo Vincent O’Brien, con su actividad pistera, Nijinsky se constituiría en un corredor trascendente, de esos que jamás se olvidan. Perteneciente a la 2ª producción de su padre, fue inderrotable a los 2 años. Debutó ganando sobre 1200m (grama) en Curragh (Irlanda), en cuya grama lograría sus primeras cuatro victorias, triunfando además en tres eventos selectivos, el Railway S. (1200m), el Anglesey S. (1200m) y el Beresford S. (1600m). Consolidado como el mejor 2 años de Irlanda, viajaría entonces a Inglaterra donde debutaría imponiéndose en el Dewhurst S. (Newmarket, 1400m, grama), cerrando esa campaña, invicto en 5 actuaciones y obteniendo el título de Campeón 2 años en el Reino Unido.
A los 3 años se haría famoso mundialmente, en una época de comunicaciones lentas y pobres, en comparación con este aluvión comunicacional que hoy vivimos. Luego de debutar ganando en el Gladness S. (Curragh, 1400m, grama), se impondría en las 2000 Guineas (Newmarket, 1600m, grama) y en el Epsom Derby (Epsom, 2400m, grama), los 2 primeros pasos de la Triple Corona inglesa. Con todas sus victorias anteriores acotadas entre 1200m y 1600m, muchas eran las dudas sobre sus posibilidades de superar los 2400m del Epsom Derby pero, su extraordinaria exhibición ganándolo, las despejó todas, al dejar marca de 2:34.68, apenas 9 décimas de segundo por encima del récord que, desde 34 años antes, ostentaba el moro Mahmoud (33-62, Blenheim II en Mah Mahal, por Gainsborough).
Después del Epsom Derby, Nijinsky regresaría a la pista de sus primeros logros, para imponerse en el Irish Derby (Curragh, 2400m, grama). Nunca más volvería a tronar en la recta final del palacio del hipismo irlandés. Así, volvió a Inglaterra para superar a los maduros en el histórico King George VI & Queen Elizabeth Diamond S. (Ascot, 2400m, grama) y, luego, con récord intachable de 10 triunfos en 10 salidas, apareció en Doncaster para afrontar el reto del St. Leger S. (2800m, grama), logrando tocar la gloria con sus cascos, al convertirse en Triplecoronado, el primero, y el último, desde 1935, cuando lo hiciera el recordado Bahram (32-56, Blandford en Friar’s Daughter, por Friar Marcus). Desde entonces (1970), ningún otro ha podido emularle. Lo había hecho todo.
Pese a ello, correría dos veces más. En ambos compromisos terminaría 2º. Su primera derrota ocurriría en el Prix de l’Arc de Triomphe (Longchamp, 2400m, grama), cuando su remate no fue efectivo por muy poco, quedando sólo a pescuezo de alcanzar al Campeón y Caballo del Año francés Sassafras (67-88, Sheshoon en Ruta, por Ratification). Dos semanas después, se despediría de las pistas en el Champion S. (Newmarket, 2000m, grama), escoltando al inglés Lorenzaccio (65-83, Klairon en Phoenissa, por The Phoenix), culminando así su campaña pistera, que se resume en 10-2-0 (12 acts.), produciendo premios por US$ 677.117. Sería elegido Campeón 3 años y Caballo del Año en el Reino Unido.
Nijinsky comenzaría una nueva etapa entonces, llevándose el prestigio de haber sido uno de los mejores corredores de la historia, ya para entonces. Iniciándose en la cría en Claiborne Farm (Kentucky, EUA), comenzó a ser conocido como Nijinsky II. Su éxito como semental es indudable. Tras cumplir 22 temporadas de monta llegó a acumular 156 ganadores clásicos, un espectacular 18 % de sus corredores, incluidos entre ellos 36 ganadores G1, con logros expandidos alrededor del mundo. Destacó también como abuelo materno habiendo sido representado en ese rol por 245 ganadores selectivos. Murió el 15 de abril de 1992, sacrificado para evitarle mayores sufrimientos producidos por una laminitis crónica que sufría desde 1985. Fue enterrado en Claiborne Farm (Kentucky). Su desempeño como padrillo llevó a que fuera definido como Jefe de Raza en los renglones “Clásico” y “Sólido”.
Nijinsky II es uno de los 3 únicos sementales que han podido producir ganadores del Epsom Derby y del Kentucky Derby. Lo acompañan en ese logro los históricos Hyperion (30-60, Gainsborough en Selene, por Chaucer) y Blenheim II (27-58, Blandford en Malva, por Charles o’Malley). Es el único entre ellos que los produjo durante una misma temporada, 1986, con Ferdinand (83-02, en Banja Luka, por Double Jay) ganando el Kentucky Derby y Shahrastani (83, en Shademah, por Thatch), que además del Epsom Derby, también ganó el Irish Derby. Su influencia ha trascendido hasta nuestro siglo, manteniéndose vigente con mucha fuerza, notándose su presencia genética en los pedigrees de un enorme número de ganadores selectivos alrededor del mundo.
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VIDEOS RECOMENDADOS:
A Horse called Nijinsky (Documental, 1970) – Director: Jo Durden-Smith. Racing Post (55 minutos)
Nijinsky (1980) – Director: Herbert Ross. Elenco: Alan Bates / George de la Peña / Leslie Browne
Los Diarios de Vaslav Nijinsky (2001) – Director: Paul Cox. Narrador: Derek Jacobi
Excelente como siempre apreciado Enrique.
Y salió redondito el paralelismo de los dos Niyinsky.
El mejor caballo y el mejor bailarín.
Felicitaciones!!!!
MUY BUENA NOTA Sr. SALAZAR, NO SOLO NOS HIZO RECORDAR A ESA MAQUINA DE CORRER (AL CUAL TUVE LA POSIBILIDAD DE ACARICIARLO), SINO QUE TAMBIEN ME BRINDO LA POSIBILIDAD DE SABER MAS SOBRE EL GRAN BAILARIN UCRANIANO. ABRAZO
Apreciado Enrique amigo,solamente puedo decirte gracias por tan exquisita lectura, la verdad que leer tus escritos es el éxtasis del conocimiento hípico y de paso aquí nos dejas la vida del homónimo humano del gran Nijinsky. Un fuerte abrazo desde tu Venezuela.